Emociones estéticas; ¿Qué son y qué las hace tan especiales?
Imagina que estás en el teatro, el concierto, el cine, el museo frente a una obra pero no cualquier obra sino esa obra o estás frente a ese atardecer tan espectacular…¿Qué sientes? Te lo preguntaré otra vez, ¿qué sientes? ¿Sabes que en el idioma español existen 305 palabras para describir las emociones? ¿Cuántas acabas de usar para describir lo que sientes?
Kandel (2016) explica que las emociones son mecanismos instintivos que dan color a nuestra vida y nos ayudan a afrontar las dos tareas fundamentales de la existencia: buscar el placer y evitar el dolor. Las emociones influyen en nuestra capacidad para actuar de manera racional. Cuando vamos a tomar una desición exigente desde el punto de vista cognitivo (entablar una discusión, hacer una compra) nos preguntamos no solo si lo lograremos sino también “si vale la pena”.
¿Qué son las emociones estéticas?
Las emociones estéticas son las que surjen del encuentro con la obra de arte. Entonces; una pregunta que deberíamos hacernos es ¿Qué estoy sintiendo? Sin ánimo de juzgarlo sino de reconocernos. Pero esto no es tan sencillo, primero porque la educación de razón instrumental que recibimos en la modernidad no está orientada a educarnos en las emociones sino en contestar ‘correctamente’ y segundo, no hay una respuesta correcta, sino personal; por lo tanto, única.
¿Recuerdas el momento en que la obra de arte atrajo tu atención? Es muy probable que sintieras algo. Sin embargo, no puedas darte cuenta por que ese momento tardó entre 300 a 900 milisengundos. Es decir, casi nada, imposible darte cuenta de forma consciente.
Cuando ves o escuchas una obra de arte que te provoca alguna emoción se liberan unos neurotransmisores del placer (dopaminas, serotonina, noradrenalinas entre otros) que también son los neurotransmisores que facilitan el aprendizaje y la memoria.
Locher y Leder (2015) explican que la experiencia estética afecta los estados cognitivos y afectivos simultáneamente. Los científicos elaboraron un modelo neurocognitivo que integra el sistema afectivo del cerebro desde el análisis perceptual proveyendo mecanismos de categorización basado en la relevancia y la modulación. Los estados de integración de recuerdos y clasificación descansan en el sistema afectivo (tálamo e hipocampo) del des encéfalo, en cargado de la entrada de información con valencia afectiva y la ínsula por su parte juega un papel importante en la integración de la emoción vinculada a la apreciación preparando la ruta hacia la maestría cognitiva y el juicio estético.
Finalmente, el sistema afectivo orbitofrontal genera rápidamente una valoración cognitiva no conciente del objeto estético, incluyendo los afectos morales, (Koelsch et al, 2015). En este modelo de la experiencia estética muestra los estados emocionales de la experiencia visual en procesos automáticos y deliberados. Esta información sugiere que las emociones con el arte son más cognitivas que vicerales.
En este instante la experiencia cobra o no significado y pasa a la memoria o se olvida. La memoria es el aglutinante que da cohesión a la vida mental ya sea en respuesta al arte u otros sucesos de la vida. Somos quienes somos por que tenemos recuerdos.
Conferencia/Taller acerca de las emociones estéticas en la Fundación Casa Cortés (Viejo San Juan, 2017) explicando las rutas dopaminérgicas y serotoninérgicas del procesamiento de las emociones.
¿Qué hace especiales a las emociones estéticas?
Las emociones estéticas están ligadas al instinto del conocimiento y su satisfacción o insatisfacción se percibe emocionalmente. Las emociones sentidas mediante el arte pueden ser tan intensas y profundas que necesitan ser expresadas por medio del lenguaje. En otras palabras, el arte impulsa el lenguaje. Sin embargo, a lo largo de milenios la cultura occidental ha privilegiado al lenguaje dejando atrás el arte y las emociones.
Esto plantea un problema mayor. Perlvosky (2014) discute que tanto las emociones como el lenguaje son formas de representación abstracta. Las culturas las desarrollan y el lenguaje las hace accesible el conocimiento acumulado. Como no se ha educado en las emociones, la percepción subjetiva de las emociones es muy vaga (eso explica por qué usamos tan pocas palabras para describir lo que sentimos). Aún en los más versados, hace que las ideas acerca de las emociones o el entendimiento de ellas arrastren dudas por siglos impidiendo que evolucionemos como humanidad. Por lo que resulta necesario dejar de ver los estados emocionales como debilidades y comenzar a incluir el reconocimiento de nuestras emociones en todos los procesos de vida.
Adultos, jóvenes y niños identifican sus emociones estéticas y comparten en diálogo abierto su experiencia estética, sus recuerdos, sus puntos de vista presente y su aprendizaje en la Fundación Educa Cortés.
Al momento se han identificado emociones estéticas relativas a lo familiar, al amor, al placer, a la fealdad, a la hostilidad, al saber y a la autociencia. Cuando viste o escuchaste la obra o ese atardecer; ¿sentiste amor, hostilidad, despertaste a tí mismo?Cada una de estas emociones han sido identificadas en distintas investigaciones usando técnicas que captan cambios en la activación neuronal.
La emoción más rara de todas las emociones estéticas es la belleza. Su representación tiene el propósito de unificar la experiencia entera de la vida. Es un momento de absorción que es sentido y le da significado de la vida; es importante por que es esencial para sobrevivir y alcanzar nuestras metas más altas. La mayoría de nosotros puede tener la esperanza de experienciar esta rara confirmación de la existencia cuyo significado es que realmente existes y por un momento experimentar las emociones de lo bello.
¿Cuál sera nuestro reto?
Reaprender. El aprendizaje es un proceso intelectivo-afectivo. El aprendizaje en la experiencia estética no es mágico ni responde a la memorización y aplicación 'correcta' de los elementos del arte. Los educadores del arte tenemos que empezar a dejar atrás el hábito de analizar con los elementos del arte y principios del arte y aprender a preguntarnos qué sentimos frente a la obra sin juzgar y cuando así sea, será por que nos hemos disfrutado primero. Solo así podemos ayudar a nuestros estudiantes a contestar cómo se sienten con más de dos palabras y en su práctica, encontrar ese momento de belleza que abre el camino hacia la trascendencia.
Grisselle Soto Vélez es profesora de Educación del Arte en la Escuela de Artes Plásticas y Diseño, artista y consultora educativa. Fue directora del Programa de Bellas Artes del Departamento de Educación en Puerto Rico haciendo una gran obra de desarrollo profesional y curricular. Graduada de la UNAM. Puedes visitar y compartir su blog en www.neuroestetika.com.
Referencias
Kandle , E. (2012) The Age of Insight: The Quest to Understand the Unconscious in Art, Mind, and Brain, from Vienna 1900 to the Present. Paidós, España
Leder, H., Markey, P. S., and Pelowski, M. (2015). Aesthetic emotions to art – what they are and what makes them special. Comment on “the quartet theory of human emotions: an integrative and neurofunctional model” by Koelsch et al. Phys. Life Rev. 13, 67–70. doi: 10.1016/j.plrev.2015.04.037
Perlovsky L (2014) Mystery in experimental psychology, how to measure aesthetic emotions? Front. Psychol. 5:1006. doi: 10.3389/fpsyg.2014.01006