top of page

Empatía: una emoción necesaria para la experiencia estética



¿Te ha sucedido que al ver una obra figurativa sientes que ciertas partes de tu cuerpo se activan como las figuras que ves? Quizás no, pero es ahora que te hago la pregunta la próxima vez que veas este tipo de arte, estarás más atento a lo que sucederá.

La experiencia estética, como he compartido en otros artículos, es una experiencia que afecta los estados afectivos, intelectivos y físicos de la persona. Como educadores y muchas veces como interesados en el tema nos concentramos en la parte cognitiva y quizás en la parte afectiva. Pocas veces profundizamos en el impacto del sistema físico o quizás nos limitamos a ejemplificar este aspecto con reacciones como escalofríos y lágrimas. Por lo que los investigadores han cuestionado esos ejemplos extendiendo el impacto de la respuesta estética a lo que llaman cognición corpórea o encarnada. Y es que la respuesta estética en estos tres aspectos no ocurre por separado sino en conjunto, simultánea e interactivamente. Entiéndase, cuando tenemos una experiencia estética se activa no solo el cerebro sino también nuestro cuerpo mediante sensaciones corporales.


Empatía: mecanismo encarnado de acciones, emociones y sensaciones corporales


Un elemento crucial de la respuesta estética consiste en la activación de mecanismos encarnados que abarcan la simulación de acciones, emociones y sensaciones corporales. Este nivel básico de reacción a las imágenes es esencial para comprender la efectividad tanto de las imágenes cotidianas como de las obras de arte. Los factores históricos, culturales y otros factores contextuales no excluyen la importancia de considerar los procesos neuronales que surgen en la comprensión empática de las obras de arte visuales.


Freedbirg (2007) probó lo que sucede en el cerebro y en el cuerpo al ver distintos tipos de arte y encontró que la empatía es un componente esencial para emocionarse y sentirse movido por la obra. Ahora bien, esa empatía no es como normalmente la entendemos de ponerse en lugar del otro para entenderlo. En este caso la empatía es una respuesta física que ocurre en nuestro cuerpo en la cual se activan partes del cuerpo y regiones del cerebro que responden a esas partes del cuerpo al “ver” obras de arte que representan determinados movimientos.


Freedbirg se concentró los fenómenos encarnados que se inducen en el curso de la contemplación de tales obras en virtud de su contenido visual. Demostró que los mecanismos neuronales que sustentan el "poder (empático) de las imágenes", la simulación incorporada y los sentimientos de empatía que genera la obra de arte juegan un rol importante en el espectador. De igual forma demostró que la empatía es un efecto sentido de los gestos particulares que muestran las obras que intervienen en su producción de esta emoción.


Veamos una de las obras estudiadas:


El investigador se centró en la simulación incorporada del esfuerzo, la empatía y la estética,


La simulación del esfuerzo

La sensación de esfuerzo es un contenido que Miguel Ángel pretendía mostrar en la escultura del esclavo llamado Atlas, Florencia, Academia (ca. 1520-1523) En la figura se observa un hombre que lucha por escapar del bloque de piedra se transmite efectivamente esta sensación al espectador.


El efecto que tiene en nosotros ver la simulación del esfuerzo en gran medida a las neuronas espejo. Esta perspectiva de la investigación neurocientífica ha arrojado luz sobre las formas en que nos identificamos con los demás y enfatiza el papel de los modelos implícitos de los comportamientos y experiencias de los demás sobre nosotros; es decir, la simulación incorporada.


El investigador señala que nuestra capacidad para dar sentido prerracionalmente a las acciones, emociones y sensaciones de los demás depende de la simulación encarnada, un mecanismo funcional a través del cual las acciones, emociones o sensaciones que vemos activan nuestras propias representaciones internas de los estados corporales que están asociados con estos estados sociales.


Es como si estuviéramos inmersos en una acción similar o experimentando una emoción o sensación similar. La activación de la misma región del cerebro durante la experiencia en primera y tercera persona de acciones, emociones y sensaciones sugiere que, además de la evaluación cognitiva explícita de los estímulos sociales, probablemente existe un mecanismo filogenéticamente más antiguo que permite la comprensión experiencial directa de los objetos y el interior mundo de los demás.


La empatía y lo estético

Freedman también utiliza una obra de la serie Desastres de la Guerra de Goya: “Qué hai mas que hacer?” El carácter sádico de los combatientes toma en esta estampa una de sus máximas representaciones. Cuatro soldados cogen un cadáver para castrarlo: tres le separan las piernas, mientras el cuarto lo corta con su falange.


El investigador explica que la empatía corporal surge no solo en las respuestas a las muchas figuras desequilibradas, donde los espectadores parecen tener sentimientos similares de desequilibrio, sino también en el caso de las representaciones frecuentemente horribles de lacerados y desgarrados, carne perforada. Se activan aquellas partes del cerebro relacionadas al dolor. En tales casos, las respuestas físicas parecen estar ubicadas precisamente en aquellas partes del cuerpo que están amenazadas, presionadas, constreñidas o desestabilizadas.


Además, la empatía física se transmuta fácilmente en un sentimiento de empatía por las consecuencias emocionales de las formas en que el cuerpo es dañado o mutilado. Incluso cuando la imagen no contiene ningún componente emocional manifiesto, puede surgir una sensación de resonancia corporal. Todos estos son casos en los que los espectadores pueden encontrarse simulando automáticamente la expresión emocional, el movimiento o incluso el movimiento implícito dentro de la representación.


¿Qué sucede con el arte abstracto?


El investigador señala que la simulación se produce no solo como respuesta a obras figurativas, sino también a la experiencia de formas arquitectónicas, como una columna románica retorcida.



Con pinturas abstractas como las de Jackson Pollock, Number 14: Gray (1948) (abajo) los espectadores a menudo experimentan una sensación de implicación corporal con los movimientos implícitos en las huellas físicas --en marcas de pincel o goteos de pintura-- de las acciones creativas del productor de la obra.


Esto también se aplica a los lienzos cortados de Lucio Fontana Concetto Spaziale ‘Atteza’ (‘Waiting’) (1960) (abajo) , donde la vista de la pintura rajada invita a una sensación de movimiento empático que parece coincidir con el gesto sentido que produjo la obra.



¿Qué hacemos con esta información?

El autor concluye que las respuestas empáticas automáticas constituyen un nivel básico de respuesta a imágenes y obras de arte. Detrás de tales respuestas se encuentra el proceso de simulación encarnada que permite la comprensión experiencial directa de los contenidos intencionales y emocionales de las imágenes. Este nivel básico de reacción a las imágenes se vuelve esencial para cualquier comprensión de su efectividad como arte. Los factores históricos, culturales o contextuales no contradicen la importancia de considerar los procesos neurales que surgen en la comprensión empática de las obras de arte visuales.


Sin embargo, los niveles básicos de respuesta no necesariamente nos conducen hacia sacarle el mejor provecho a esa experiencia. Y eso sería fantástico como experiencia personal, para contarlo o para trascender en el tiempo. Es necesario aprender a llevar esta información a niveles superiores de pensamiento, es importante hacerlos conscientes de manera que los contenidos intencionales y emocionales de las imágenes adquieran relevancia o significado para el espectador. Que la experiencia no se quede en una sensación asqueante o una emoción placentera.


Ahí, entra el proceso educativo en acción; ayudar a nuestros estudiantes a explorar lo que sientes y puedan expresar de alguna forma lo que sienten y piensan. Son muy pocos los modelos educativos diseñados para fomentar este tipo de aprendizaje que nos ayuda al autoconocimiento sino también al de los demás. En mi caso he diseñado un modelo de enseñanza basada en la neuroestética que permita al docente elaborar clases donde la experiencia con el arte sea significativa en términos personales a todos en el salón -maestro y estudiantes. Próximamente estaré compartiendo más información sobre este modelo.


Mientras, sería un buen ejercicio empezar a ver arte y tratar de reconocer en tu cuerpo ¿qué partes se activan y qué sientes al ver esa obra?


© Todos los derechos reservados.

Dra. Grisselle Soto Vélez Es Directora del Departamento de Educación del Arte en la Escuela de Artes Plásticas y Diseño de Puerto Rico logrando la certificación de maestros del 100% de los candidatos a maestros. Dirigió el Programa de Bellas Artes del DE de Puerto Rico (2001-2008) realizando una importante revisión y transformación curricular. Ha sido Maestra de Arte en el Distrito Escolar de Columbia, Washington (2019-2021) donde fue Maestra del Mes (febrero 2020).

Graduada de la Universidad Interamericana, Puerto Rico (EDD). Universidad Nacional Autónoma de Mexico (MFA). Escuela de Artes Plásticas y Diseño (BFA)


Comments


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
  • Facebook - White Circle
  • Pinterest - White Circle
  • Instagram - White Circle

© 2023 by Jade&Andy. Proudly created with Wix.com

bottom of page