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¿Te gustan los retratos ambiguos o los convencionales? Una mirada a los retratos de Arcimboldo


Cuando Giuseppe Arcimboldi pintó sus cabezas compuestas por frutas y flores, concibiendo una caricatura que concentra múltiples puntos de vista: mirando la cabeza desde lejos –ya sea de perfil, de frente o de tres cuartos no imaginó que sus obras serían las que mejor ayudarían a entender nuestra preferencia estética por la ambigüedad en el siglo XXI.


El observador capta en una mirada total, a menudo monstruosa, flores y frutas, un retrato vegetal. Pero solo tras haberse acercado empieza a notar el esmerado encaje de cada uno de los objetos que la componen. Cada uno de estos –flores, frutas, peces, animales diversos y mucho más– contribuye al significado de la representación, ya sea porque se trate de la caricatura de un individuo o de un oficio, de una estación del año, de un elemento natural, de una alegoría, de una cabeza reversible o de un bodegón. El artista eligió cada uno de estos objetos cuidadosamente, entrelazando o sobreponiéndolos, rivalizando con los otros en el ojo del que mira para obtener un papel preciso en el interior de la pintura.


¿Cómo acontece y cómo se explica esta rivalidad durante la experiencia estética?

Desde el punto de vista de la neuoroestética Zeki (2004) planteó la hipótesis de que el estudio de la ambigüedad permite destacar diferentes estaciones cerebrales responsables de la microconciencia de un atributo y sus interacciones. La ambigüedad perceptiva, es decir, la calidad de los estímulos perceptivos está abiertos a más de una interpretación. La ambigüedad es uno de los trucos que utilizan los artistas para evocar una experiencia estética en los observadores y suele ser un sello distintivo de las grandes obras de arte.


Es bien sabido que la ambigüedad conduce a una oscilación perceptiva de una percepción a otra, lo que da como resultado una microconciencia distribuida, tanto en el tiempo como en el espacio al momento de la experiencia estética. De hecho, los estudios de neuroimagen han demostrado repetidamente un cambio transitorio de la actividad cerebral durante las inversiones perceptivas de estímulos ambiguos no artísticos. De igual forma sucede con respecto de la belleza y la fealdad como puede observarse en la imagen de la izquierda.





¿Cómo el cerebro procesa la ambiguedad en la obra de Arcimbolodo?


Partiendo de la hipótesis de Zeki un grupo de investigadores usó retratos de Arcimboldo que presentan una ambigüedad parcial o total en la que no hay una sola interpretación. De hecho, las dos formas básicas de interpretación que puede tener es un grupo de frutas o un rostro. Arcimboldo utilizó objetos que tenían un significado perceptual en sí mismos y los combinó de tal manera que creó un patrón con un significado diferente. El giro atencional puede tener lugar entre la percepción y la interpretación de las partes de la pintura y el retrato como un todo.


Boccia y otros (2014) platearon la hipóstesis de que existen mecanismos neurales que subyacen entre el estado estético de la mente y la percepción ambigua y que la experiencia estética modula la red neural involucrada en procesar retratos ambiguos. Utilizando resonancia magnética (MRI) en hombres y mujeres de edad mediana mostraron que mecanismos neurales en el gyro fusiforme contribuye a la experiencia estética en trabajos ambiguos de acuerdo a la valencia estética. Es decir, cuando los participantes expresaban que la obra mostrada le gustaba o le disgustaba (juicio estético) ciertas partes del cerebro se activaban más que otras, como el gyro fusiforme. De igual forma sucedió cuando se le pidió a los participantes clasificar las obras presentadas como artísticas o no artísticas debido a su ambigüedad.

Obras presentadas a los participantes del estudio (Boccia et al (2014)

Los investigadores hallaron que las obras de arte ambiguas despiertan una experiencia estética negativa que dirige una activación más pronunciada en el área de reconocimiento del rostro en el cerebro que cuando se trata de una experiencia estética positiva con obras ambiguas.

De igual forma identificaron mayor interactividad entre la tarea dada y la ambigüedad en el lóbulo parietal superior derecho. Interesantemente, también encontraron que la activación en áreas relacionadas con el juicio estético aumenta cuando el estímulo percibido recibe un juicio estético positivo. Es digno de mención que las áreas occipito-temporales involucradas en el procesamiento facial resultaron más activadas durante los juicios estéticos que durante la tarea de clasificación. Este resultado apoya la hipótesis de un efecto de apreciación estética dependiente del contenido, ya propuesto por Kawabata y Zeki (2004), quienes también, encontraron que la apreciación estética de diferentes categorías de pinturas estaba asociada con áreas visuales distintas y especializadas del cerebro.


La experiencia estética depende del contexto


Esta información vista en conjunto demuestra que mecanismos neurales en regiones de reconocimiento facial en los que subyace la experiencia estética dependen del contexto, este caso el contexto lo provee el reconocimiento del rostro. Esta evidencia apoya la idea de que la experiencia surge de la interacción entre la orientación descendente (top-down) de la atención y la facilitación ascendente (bottom-up).


En la educación del arte y en general


Sucede que muchas veces presentamos a los estudiantes obras de arte con el sano propósito de ampliar el repertorio de experiencias culturales en ellos. Sin embargo, a veces, esas experiencias se ven accidentadas con juicios estéticos acelerados sobre lo que algún estudiante expresa acerca de la obra presentada. Ahí es donde entra en proceso educativo en acción. Pues, no solo vasta presentar la obra como tampoco vasta la primera impresión al verla.


Presentar una obra de arte que rete al cerebro en lo que está acostumbrado a ver requiere ir por pasos, por etapas. Hay que crear experiencias previas a ver la obra, de manera que cuando ese estudiante vea la obra por vez primera, haya cierta información previa que, haciendo conexiones, haga que estudiante, más que hacer juicios negativos haga preguntas e intente contestarlas. De igual forma, se debe tener a la mano información que pueda ayudar a ese estudiante a contestar preguntas. Es en estos instantes que el estudiante está filosofando basado en una experiencia estética. Buscando respuestas en vez de memorizarlas. De esta manera el estudiante es centro de su aprendizaje y no objeto del aprendizaje de otros.



© Todos los derechos reservados.

Dra. Grisselle Soto Vélez Es Directora del Departamento de Educación del Arte en la Escuela de Artes Plásticas y Diseño de Puerto Rico logrando la certificación de maestros del 100% de los candidatos a maestros. Dirigió el Programa de Bellas Artes del DE de Puerto Rico (2001-2008) realizando una importante revisión y transformación curricular. Ha sido Maestra de Arte en el Distrito Escolar de Columbia, Washington (2019-2021) donde fue Maestra del Mes (febrero 2020).

Graduada de la Universidad Interamericana, Puerto Rico (EDD). Universidad Nacional Autónoma de Mexico (MFA). Escuela de Artes Plásticas y Diseño (BFA)







Referencias

Boccia, M., Nemmi, F., Tizzani, E., Guariglia, C., Ferlazzo, F., Galati, G., Giannini, A.M. (2014). Do you like Arcimboldo’s? Esthetic appreciation modulates brain activity in solving perceptual ambiguity. 0166-4328/© 2014 Elsevier B.V.


Kawabata H, Zeki S. Neural correlates of beauty. J Neurophysiol 2004;91:1699–705, http://dx.doi.org/10.1152/jn.00696.2003.


Zeki S. The neurology of ambiguity. Conscious Cogn 2004;13:173–96.


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