Las ecuaciones son como arte en el cerebro de un matemático
Las ecuaciones son como arte en el cerebro de un matemático
Así lo afirma Semir Zeki (2014), el creador del término neuroestética, en una investigación que realizó con un grupo de matemáticos y no matemáticos en University College London. De manera que cuando los matemáticos describen una formula como hermosa tal parece que no se equivocan.
En el estudio, los investigadores dirigidos por Semir Zeki pidieron a 16 matemáticos que calificaran 60 ecuaciones en una escala que iba de "fea" a "hermosa". Dos semanas más tarde, los matemáticos vieron las mismas ecuaciones y las calificaron nuevamente mientras estaban dentro de un escáner de imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI). Los científicos descubrieron que, para el matemático, cuanto más hermosa era una ecuación, más actividad mostraba en la corteza orbitofrontal medial.
La corteza orbitofrontal está asociada con la emoción, especialmente con las respuestas emocionales a la belleza visual y musical. Los investigadores se preguntaron:
si la tendencia se extendería a la belleza matemática, que según ellos "tiene una fuente intelectual mucho más profunda que la belleza visual o musical, que son más 'sensibles' y basadas en la percepción".
Esta preocupación acerca de la belleza matemática permitió a los investigadores examinar el papel de la cultura y el aprendizaje en la apreciación estética. La hipótesis propuesta fue que, si bien las personas sin formación musical o artística aún pueden apreciar las obras de Beethoven y Miguel Ángel, solo aquellas que comprendan el significado detrás de ciertas fórmulas matemáticas las encontrarían hermosas.
Las fórmulas matemáticas
Para probar esta idea, los investigadores también mostraron las ecuaciones a un grupo control de no matemáticos y encontraron que sus cerebros mostraban una menor respuesta emocional. Según Zeki, hubo personas que no vieron belleza ni fealdad. El estudio también mostró que incluso sin comprender todas las ecuaciones, algunos de los participantes legos encontraron ciertas fórmulas hermosas.
Matemática como arte
Matemática como música
Por su parte, Colin Adams de Williams College en Williamstown, Massachusetts expresó: "Cuando veo una hermosa construcción matemática, o un argumento inesperado y maravillosamente intrincado con piezas entrelazadas lógicas precisas en una prueba, siento lo mismo que cuando veo un arte que me sorprende". En el campo de la música Daina Taimina, matemática de la Universidad de Cornell en Nueva York, expresó que los hermosos resultados matemáticos "suenan como una melodía. Para mí, las ecuaciones son hermosas si tienen una solución elegante o conducen a resultados inesperados y sorprendentes".
Los símbolos matemáticos más bellos
La mayoría de los matemáticos sostuvieron que las ecuaciones más hermosas eran las que contenían la identidad de Euler, 1 + eiπ = 0. "Aquí están estos tres números fundamentales, e, π e i", dice Adams, "todos definidos de forma independiente y todos críticamente importantes a su manera. La ecuación considerada como la más fea fue la serie infinita de Srinivasa Ramanujan con 1 / π.
Implicaciones para la educación
Por supuesto que esto no plantea si la belleza es matemática o no. Lo que aporta esta investigación es que al cerebro le da igual si es más compleja o simple la habilidad de pensamiento, el cerebro procesa y se interesa por la belleza sea esta matemática, musical o visual activando la misma zona cerebral desde cada una de estas disciplinas; la corteza orbitofrontal. Zona, que cabe mencionar, mediante el desarrollo de experiencias de aprendizaje que la activen, las personas pueden alcanzar niveles de significación y trascendencia que le permiten potenciar su humanidad intelectiva y afectivamente. Lo demás son categorías que nos empeñamos en acuñar para dividir a los grupos humanos sin razonar que dichas divisiones alimentan cierto ego que a su vez sirve para separar a las personas.
Me parece a mí que estas investigaciones deberían abrirnos el sentido crítico y hacernos entender que todos somos necesarios y que la búsqueda de la belleza es un propósito común a todos. Particularmente en la enseñanza de las matemáticas, en donde a la formación de maestros de esta materia se le ha mantenido lejos de la búsqueda de la belleza en su preparación concentrándose en la solución de problemas de manera técnica. Pero no se ofendan, igual le ha sucedido a muchos otros educadores de todas las materias. El planteamiento del problema habría que hacerse no solo desde la universidad sino también desde las agencias educativas que perpetúan el currículo de la modernidad elaborado hace 200 años y que dejaron atrás la búsqueda de la belleza para abrazar la industrialización y la acumulación de capital para unos pocos. Esos currículos hay que cambiarlos y atemperarlos al conocimiento alcanzado en el siglo XXI en el que cada vez se hace evidente la necesidad de tender puentes entre los distintos saberes para hacer del conocimiento uno multidisciplinar.
Yo he visto la diferencia en los estudiantes cuando aprenden a través del arte, tocando y pensando lo que hacen, conceptos de ciencia, de matemáticas o imágenes literarias... sus creaciones son más ricas, su entendimiento y su motivación, mayor. Los he visto crecer y hacerce ingenieros, artistas, reporteros, enfermeros y doy fé de que hacen la diferencia. ¡Cuánto más no sería si desde las distintas áreas del saber se enseñara con el arte en mente!! Debemos darnos la oportunidad de elaborar un currículo nuevo y a ver si no solo logramos compartir las experiencias de lo bello, sino también desarrollamos mejores seres humanos, menos segregados y más conectados entre sí.
Demás esta decir que la foto que acompaña este escrito tiene todo el propósito de recordarnos esa etapa de nuestro desarrollo histórico en el que el arte y las matemáticas iban tomadas de la mano en la búsqueda del conocimiento y que generaron una revolución en cuanto al saber y la experiencia estética se refiere; el Renacimiento.
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Dra. Grisselle Soto Vélez Es Maestra de Arte en el Distrito Escolar de Columbia, Washington. Maestra del Mes (febrero 2020). Ha sido Directora y Profesora de Educación del Arte en la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico logrando la certificación de maestros del 100% de los candidatos a maestros. Dirigió el Programa de Bellas Artes del DE de Puerto Rico (2001-2008) realizando una importante revisión y transformación curricular. Graduada de la Universidad Interamericana, Puerto Rico (EDD). Universidad Nacional Autónoma de Mexico (MFA). Escuela de Artes Plásticas y Diseño (BFA)
Referencias
Zeki S, Romaya JP, Benincasa DMT and Atiyah MF (2014) The experience of mathematical beauty and its neural correlates. Front. Hum. Neurosci. 8:68. doi: 10.3389/fnhum.2014.00068
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