Derrumbando el Mito: ¿Es mejor el cerebro científico que el cerebro artístico?
En la cultura popular existe la idea de que el cerebro está dividido en dos y esas dos partes son opuestas entre sí: hemisferio derecho y hemisferio izquierdo. Incluso nos han dividido entre los que tienen dominio de hemisferio izquierdo y los que tienen dominio de hemisferio derecho. O sea, cerebro lógico vs. Cerebro creativo. De hecho, haz la prueba, busca actividades para desarrollar hemisferio derecho en google… ¿cuántos sitios encontraste? Además, miles de productos, libros, programas de enseñanza, juegos Nintendo y demás. Esta idea de lateralidad cerebro surgió por allá en los ’80.
Se han formado estereotipos basados en esa lateralidad; hemisferio izquierdo está asociado con razonamiento, análisis y lógico, mientras el hemisferio derecho… bueno, a ese le toca el ser sensible, artístico, creativo y emotivo. De manera que si eres bueno en las matemáticas podrás ser un científico o ingeniera. Si eres de dominio derecho, pues, puedes ser artista, músico o decoradora… De hecho, el sistema educativo elaborado en la modernidad (s XIX y XX) privilegia la enseñanza basada en el hemisferio izquierdo. ¿Habrá sido la decisión correcta o fue un error? Veamos.
La sicología estableció dos tipos de pensamiento, convergente y divergente. El pensamiento convergente enfatiza el razonamiento y es el medido en las pruebas de IQ. El pensamiento divergente es más espontáneo y se deja llevar por algo llamado “flow” o fluir. Hemos aceptado la idea y la hemos reproducido sin fin... ¡hasta la animamos para sentirnos especiales!!
La idea de que puedes entrenar más un hemisferio que otro es como la idea de que posees solo un tipo de inteligencia y no las demás. Es decir, no tiene soporte científico. Ahora, la pregunta que debemos hacernos es ¿Qué nos revela la neurociencia al respecto? Sí, para no hablar en el vacío.
El cuerpo calloso
Nuestro cerebro está intrincadamente conectado por una banda de cerca de 250 millones de nervios mediante el cuerpo calloso. De hecho, al ver alguna de las imágenes aquí mostradas, tu cerebro empezará a procesar a una velocidad de 20 milisegundos (y como hemos mencionado en este blog antes, cuando se tienen experiencias estéticas, esta velocidad alcanza entre 300 a 900 milisegundos).
En otras palabras, el cuerpo calloso permite la interacción entre ambos hemisferios. Esto significa que todo el cerebro está involucrado procesando la información no importa cuán entrenado estés a nivel racional o emotivo, analítico o artístico.
Williamson (2011) investigó las capacidades de pensamiento divergente y convergente, así como de solución creativa de problemas de 116 estudiantes subgraduados pertenecientes a facultades de estudios asociados al pensamiento racional o creativo. El estudio, que buscaba diferencias en las formas de pensamiento entre ambos grupos, no halló diferencia. En otra investigación los resultados fueron los mismos. Desde las neurociencias, no ha evidenciado una diferencia significativa entre las habilidades de ambos grupos. Sin embargo, desde la perspectiva individual cada grupo sí considera que existen diferencias entre ellos. (Furnham, 2011)
Creciendo con el “fluir”
Este es el concepto que se superpone en la manera de procesar la información entre ambos grupos. Mihály Csíkszentmihályi desarrolló el concepto del fluir allá en 1990 luego de estudiar diferentes personalidades destacadas de campos del conocimiento como las matemáticas, las ciencias, las artes, las humanidades y descubrió que en determinado momento del proceso de pensamiento ocurre algo muy, muy particular. Ese momento es un estado mental. El flow es un estado de la conciencia donde la persona está absorta y energizada mientras desempeña una tarea particular.
También, se ha investigado el flow de la creatividad visual. Este flow está influido por un estado de ánimo positivo (Genevieve, 2015). De igual forma, existe suficiente investigación acerca de cómo se superponen la visualización y la imaginería mental durante el pensamiento científico o el pensamiento artístico. Científicos reconocidos como Albert Einstein, Michael Farady y Nicola Tesla reportaron que usaban imaginería mental cuando describían sus procesos de pensamiento. Estudios han revelado que la imaginería mental juega un rol central (Clement (2009 ) durante la construcción y evaluación de experimentos científicos. Esta capacidad mental es la misma que se muestra durante la composición musical, la pintura y el diseño arquitectónico.
Por lo tanto, se puede sostener científicamente que privilegiar un pensamiento sobre otro basado en la idea de que uno de ellos es mejor es un error. Esto conlleva al prejuicio o como dirían los teóricos de la sospecha; se ha vendido la idea de que un tipo de pensamiento es más “necesario” para sostener la economía. Es importante, volver a destacar que en ambos tipos de pensamiento la manera de procesar información requiere de las mismas habilidades mentales. Hace falta el pensamiento analítico, pero también el creativo.
Limitar a las personas desde que son niños a las matemáticas o al lenguaje y presionarlos con pruebas estandarizadas no las hace más capaces, de igual forma a los que tienden a ser más hábiles en las artes. Hay que proveer igualdad de recursos y oportunidades y demostrar en toda organización escolar, que ambos tipos de pensamiento son IGUALMENTE necesarios en la vida de las personas.
Otra cosa que también cabe destacar es que cuando se percibe que algo como las materias relativas a las artes no tienen la misma importancia que las ciencias y las matemáticas, estas sufren del desprecio y empiezan a quedar en una zona de abandono, perjudicando así el potencial desarrollo de este tipo de pensamiento en los estudiantes, sus padres y la sociedad. Lo cual, vuelvo a decir, es un grave error a nivel humano como social. A nivel humano, por que ambos mejorar la calidad de vida y a nivel social, por que estos pensamientos JUNTOS son los que permiten avances colectivos.
Tenemos que empezar a cuestionar muchos constructos educativos, sociales y económicos, así como los currículos – todos- que buscan desarrollar sólo habilidades analíticas como si fueran mejor para nuestro cerebro. Después de todo, habría que preguntarse si esos currículos benefician el cerebro o reproducen ideas de mercado como las de crear trabajadores y no necesariamente, liberar a las personas de la ignorancia que fue la idea bajo la cual nació la educación pública. Alimentar al cerebro con nuevas lecturas, provocar nuevas experiencias que nos despierten y nos hagan mirar, pensar y sentir allá de nuestra rutina diaria es algo que supera incluso, por mucho, la idea de entrenar el cerebro.
Cuanto más sabemos acerca del cerebro y el arte más entendemos que lo que necesitamos para disfrutar mejor la vida, nuestro cuerpo y nuestra mente, no está en la educación como la conocemos, ni en los medios culturales elaborados en el siglo XX. Ya lo ha probado la pandemia del coronavirus… Mientras más sabemos sobre el cerebro y el arte, más humanos nos volvemos.
©Todos los derechos reservados. Las imágenes de las investigaciones pertenecen a dichos autores.
Grisselle Soto Vélez Es Maestra de Arte en el Distrito Escolar de Columbia, Washington. Maestra del Mes (febrero 2020). Ha sido Directora y Profesora de Educación del Arte en la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico logrando la certificación de maestros del 100% de los candidatos a maestros. Es evaluadora de la Fundación Cortés y consultora educativa en Puerto Rico. Dirigió el Programa de Bellas Artes del Depto. de Educación (2001-2008) realizando una importante revisión y transformación curricular.
Referencias
Furnham, A., Batey, M., Booth, T., Patel, V., Lozinskaya, D. (2011). Individual difference predictors of creativity in Art and Science students. ScienceDirect.com
Genevieve M. Cseh, Louise H. Phillips & David G. Pearson (2015) Flow, affect and visual creativity, Cognition and Emotion, 29:2, 281-291, DOI: 10.1080/02699931.2014.913553
Williamson, P. (2011) The creative problem solving skills of arts and science students—The two cultures debate revisited. ScienceDirect.com
Clement, J. (2009). The Role of Imagistic Simulation in Scientific Thought Experiments. Topic in Cognitive Science
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