Nuestra respuesta estética a la fealdad; Kokoschka, Schiele, Bacon y Díaz Tapia
¿Qué hace que consideremos una cara bella? Neurocientíficos como la Dra. Judith Langlois intentan contestar esta pregunta. Estos estudiosos llegan a la conclusión que la simetría es un factor determinante para que las personas se sientan atraídas por una cara y la consideren bella. Esta respuesta es común entre los seres humanos incluyendo los más inocentes; bebes de 3 y 6 meses.
La investigación científica muestra que en todas las culturas y géneros los humanos prefieren caras simétricas. Además, mencionan un factor subyacente relativo a la elección de la pareja que comparten otros seres vivos como aves e insectos. En este sentido, los investigadores discuten que la simetría indica buenos genes. La simetría puede indicar cuán resistente es una persona a factores estresantes como enfermedades o mantener un desarrollo normal frente a las dificultades. Por lo que biológicamente también comunica lo que hereda a la posible descendencia de esa pareja. Para muchos en el campo de las humanidades podría representar objeto de discusión, por que esto explica comportamientos heterosexuales o construcciones sociales pertenecientes a ciertas culturas. Sin embargo, esos argumentos son tema de una discusión mucho más abarcadora y de otro blog. Aquí trataremos de ver cómo los artistas deliberadamente utilizaron estos conocimientos para crear sus obras y cómo los espectadores reaccionan a estas obras.
Muchas obras correspondientes al género de retrato fueron consideradas bellas no solo por el parecido al sujeto representado sino también por la manera en que el artista representó la simetría en su rostro, como las pinturas de Klimt, por ejemplo Higeia (1900-1907) (ver detalle).
¿Qué nos dice esto sobre nuestra respuesta estética a la fealdad?
De acuerdo con Kandle (2012) si tomamos, por ejemplo, a Kokoschka y a Schiele, estos artistas se interesaron por la simetría facial pero además porque las exageraban junto con las emociones que representaban. Tal exageración y asimetría es lo que los convierte en expresionistas. Los retratos de Kokoscka y de Schiele alteran y perturban al espectador por que comunican los conflictos internos de sus sujetos. Los expresionistas explotaron significantes internos inconscientes de angustia, comunicaron narraciones y emociones de una manera sofisticada y propia de comienzos del siglo XX, desde la sicología, desde las emociones.
Albert Kokoschka. Retrato de Adolf Loof (1909)
Aspectos universales que atraen de un rostro femenino en la cultura occidental son cejas arqueadas, ojos grandes, nariz pequeña, labios carnosos, cara estrecha y babilla pequeña. Sin embargo, Kokoschka tiende a ensanchar la cara y hacerla asimétrica a la vez que representa labios carnosos y ojos grandes. Esto provoca en el espectador atracción y repulsión a la misma vez, no lo puedes ver, pero no puedes dejar de verlos. La combinación de belleza y angustia los hace inevitablemente interesantes.
Aspectos universales de un rostro masculino que atraen en la cultura occidental son la barbilla prominente, la mandíbula, la frente y las mejillas, además del largo de su cuello. Estos aspectos sugieren hipersexualidad, además de conducta antisocial, agresión y dominación. Exagerar estos rasgos al representarlos denotan madurez sexual, fertilidad y expresividad emocional. Al leer esto pienso en esos dibujos de Marvel, “super” héroes que resultan tan atractivos, ¡Claro! Son una exageración, no significa que sean reales. Los dibujantes los realizan por que saben estas exageraciones atraen al espectador (¡y vende!!). Schiele estudió estas características atractivas masculinas y las exageraba intercambiando en sus retratos características femeninas y masculinas, como, por ejemplo, incluir cejas arqueadas, ojos grandes y labios carnosos. Según Kandle (2012) esto, provoca en el espectador otro nivel de atracción que dentro de la psicología freudiana están representado por Eros y Thánatos como puede apreciarse en el Autorretrato (1910) aquí compartido.
¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando vemos rostros distorsionados?
Despiertan emociones negativas asociadas al disgusto. Desde el punto de vista evolutivo la distorsión está asociada con enfermedades y patógenos.
Desde el punto de vista de la neuroestética cabe preguntarse cómo los artistas deliberadamente crean imágenes para provocar disgusto en el espectador y también, ¿cómo las percibe el espectador? Tal es el caso de Francis Bacon. De acuerdo con Harrison (2019) Bacon transformó en arte experiencias que asaltaron su sistema nervioso, experiencias negativas que transmitió a lo largo de sus pinturas. Heridas que él mismo llamó “patrones de un sistema nervioso”.
Francis Bacon. Autorretrato (1971)
Investigadores como Zeki e Ishizu sugieren que sus pinturas son particularmente impactantes por que efectivamente distorsionan la manera en que el sistema visual espera ver esos rostros y cuerpos. Al utilizar colores ‘feos’, cuerpos distorsionados, ambientes sombríos, despierta emociones negativas en el espectador ya que esas imágenes rompen con las imágenes que previamente tenemos almacenadas en nuestra memoria. Y por supuesto, al investigar, son experiencias de vida que nadie desea tener.
¿Y por qué? No solo se trata de influencias culturales de belleza, sino también por que todos tenemos expectativas de vida que tienen que ver nuestro crecimiento, desarrollo y trascendencia, lo cual nos coloca en una punto de intersección a la perspectiva biológica. Un punto en el que nos distancia, es que muchos artistas eligen crear imágenes distorsionadas no solo para expresar lo que sienten respecto a determinado tema o experiencias, sino también para incomodar, para despertar para agitar a las personas del letargo al que precísamente los medios culturales tienen sometidas a las personas. Tal es el caso de Bárbara Díaz Tapia quien se representa en la imagen de una mujer joven profesional angustiada por ambiente laboral discriminatorio. La obra "Perfecta" cuestiona cómo debe verse una mujer y sus exigencias en ambiente trabajo dominado por hombres y ¡quién sabe!!, por mujeres que se niegan a reconocer exigencias que ellas se imponen para verse "profesionales" y que como dice la misma artista "no queremos ver" porque causa disgusto.
Bárbara Díaz Tapia. Perfecta (2008)
En fin, nuestra respuesta estética a la fealdad existe porque existe una búsqueda de la belleza y en el camino hacia ella empezamos a distinguir lo que no es bello, pero no significa que lo dejemos de un lado. ¡Al contrario!! Detenerse a preguntarnos qué emociones negativas despierta determinada obra de arte es parte de ese proceso. ¿Por qué te molesta ver una representación masculina como la de Schiele? ¿Realmente una cara distorsionada es signo de que la descendencia será igual? ¿Por qué una mujer tiene que esforzarse tanto para lucir "profesional"? Atreverse a hacerse preguntas sobre nuestros constructos, creencias o prejuicios, es cuestionar el estado actual de cosas y posiblemente; imaginarlas como si pudieran ser diferentes. Es no andar en automático y solamente decir ¡que feo! ¡Qué disgusting!! Si no también, cuestionarse, qué es lo que te hace sentir de esa manera es parte de ese conocerse a sí mismo. Eso es lo que enriquece el camino y se disfruta mejor.
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Grisselle Soto Vélez
Es Maestra de Arte en el Distrito Escolar de Columbia, Washington. Ha sido Directora y Profesora de Educación del Arte en la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico Logrando la certificación de maestros del 100% de los candidatos a maestros. Es evaluadora del Programa EducaCortés en Puerto Rico.
Dirigió el Programa de Bellas Artes del Departamento de Educación realizando una importante revisión y transformación curricular.
REFERENCIAS
Harrison, M. (2019) Bacon and the Mind: Art, Neuroscience and Psychology, Thames & Hudson
Kandle , E. (2012) The Age of Insight: The Quest to Understand the Unconscious in Art, Mind, and Brain, from Vienna 1900 to the Present. Paidós, España
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