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¿Quién nos enseñará a sentir? Ni Disney ni raggaeton


Me ha tomado varios meses procesar emocional e intelectivamente la manera en que me ha tocado vivir la pandemia y sus acontecimientos. Sin embargo, vengo de un lugar donde las crisis parecen ser la orden del día. Huracanes, polvo del Sahara, terremotos, pandemia mundial y por su fuera poco, las crisis creadas por humanos, un gobierno “democrático” que aplasta a los más vulnerables. Todo ello acompañado de impuestos debido a la “crisis económica” y lo que ya no se puede negar, por males sistémicos como el extremismo religioso, el elitismo combinado con la corrupción, el feminicidio, el desprecio a los pobres y el racismo institucionalizado, por mencionar algunos.


Los discursos de los gobiernos para atender las crisis han sido re-escritos de muchísimas maneras, lo que significa que ya la gente, de tanto leerlos no les cree. Ante esta nueva realidad e incredulidad, las emociones de indignación salen a relucir constantemente.


  • La indignación es una emoción que resulta de un acto que la persona considera injusto. Sus reacciones emocionales se tornan incontrolables y muchas veces, se unifica en una causa común del colectivo. La indignación trae consigo ira, que surge cuando nos sentimos amenazados por algo que en forma real o no amenazada nuestros intereses o propósitos. Son emociones de protesta.


  • La injusticia surge cuando la persona entiende que se le arrebata la dignidad. Es decir, cuando un estado determinado de su realidad que por derecho o beneficio le pertenece se extingue por algún hecho; como sucedió con el caso de George Floyd. El afroamericano que sin presentar signos de violencia ni estar armado resultó muerto a raíz de una intervención policiaca, quien esposado por la espalda y boca abajo suplicaba al policía que tenía su rodilla sobre el cuello de Floyd que lo dejara respirar. En 8 minutos 46 segundos extinguieron su vida. La escena ha dado la vuelta al mundo causando indignación por la injusticia cometida no solo contra Floyd sino también contra la comunidad negra en todo el mundo, especialmente, en Estados Unidos.


Neurociencia del odio y la paz



Bruneau (2020), expresa que nuestro cerebro está diseñado para mantenernos vivos lo cual implica recoger información del contexto de forma inconsciente y decidir qué hacer en toda situación. Si aprendemos que nuestras emociones son respuestas a la información que se recibe podemos entenderlas y manejarlas mejor, y por consiguiente tendríamos un mayor dominio de nuestro contexto.

Sentir indignación ante estos actos de injusticia no está nada mal, alzar la voz y hacerse sentir mediante protestas y manifestaciones no está mal. ¿Cómo reaccionamos y manejamos esas emociones es lo que determinará que haya cambios futuros? Como vimos, muchas personas reaccionaron iracundas destruyendo lo que entendían que haría daño, como venganza al discurso neoliberal de los gobiernos en especial en EU. Los gobiernos saben esto y expresan mensajes violentos, como lo hace Trump al enviar al ejército contra los civiles a Portland para "ayudar al estado a controlar" las manifestaciones del Black Lives Matter o sin haber ninguna amenaza contra su gobierno, vino a Puerto Rico a lanzar papel de baño a los puertorriqueños luego del Huracán María. Al actuar así sobre las poblaciones, este tipo de personas y política sabe que despertará en el pueblo violencia. Más, no olvidemos el papel de los medios de comunicación en propagar la violencia. El tono del lenguaje violento alerta sobre el peligro o la amenaza activando directamente la amígdala liberando cortisol. Esto hace que sea difícil para las personas controlar sus emociones y pensar antes de actuar. Es decir, repetir el mensaje o tornarse más violento que el emisor sin poder razonar sobre lo que escucha y sus consecuencias.

Pero... si aprendemos cómo funciona nuestro sistema límbico, podemos educarlo para no dejarse manipular, no dejarse llevar y más aún, buscar la paz.


¿Cómo le ayudamos a nuestros estudiantes de todas las razas que conviven en un salón a manejar estas emociones a través del arte?



Estamos hablando de política pero también de la gestión de la vida interior de las personas. Para contestar la pregunta, también hay que discutirlo a la inversa; hay que hablar cómo la política ha violentado nuestra vida interior. Nuestras clases pueden tornarse en espacios para ventilar estas emociones y hacerlas visibles de alguna forma.


Los artistas parecen ser la voz de quienes sienten esas emociones y las intentan representar dando paso a la protesta. En ese sentido las creaciones artísticas se convierten en representaciones de la belleza que producen verdades más amplias sobre la condición humana que no solo no son entendibles desde lo político sino también que nos mantienen cuerdos. Es decir, si algo desde el podio de lo político te perturba y es representado artística y estéticamente, te das cuenta que no eres tú que está perdiendo sentido de la realidad. Entiendes que que lo político ha eclipsado lo personal.


La experiencia estética

Como educadores del arte tenemos que salir del currículo tradicional de puntos, líneas, colores y formas y empezar a abordar las clases desde lo temático y la experiencia estética. En nuestras clases de arte es importante saber elegir esas obras que despiertan esa discusión entre lo que siente y los que podemos aprender de lo que se siente para tomar acción sobre esa emoción desde la vida interior y sobre el entorno social. Por lo tanto, es importante elegir obras de arte de contacto humano y emocional.


No todo es Disney ni reggaeton


En la vida hay dolor. Muchas veces ocasionado por la injusticia. Evitamos el dolor, no pensamos en él, y decimos. "todo está bien". No hablamos de ello. Y no nos educamos para procesarlo. La pregunta clave es: ¿Y hablamos del dolor con obras de arte?

Podría mencionar en incluir en nuestras clases obras de Nan Goldin, la fotógrafa que retrató la devastación del SIDA en Nueva York. Su género es el autodocumentalismo que consiste en retratar su entorno más íntimo. De aquí a que el tema central de sus obras haya girado siempre en torno al sexo, el sida, la pobreza, la violencia, los yonkis y el punk. Qué emociones notas en sus personajes, cómo lo sabes, que emociones te despiertan sus fotos, a qué crees que se deba que te sientas así, cómo la pobreza, la violencia, las drogas, el sexo promovieron la propagación del SIDA, qué sucedió y como compara con el presente, y con la indagación de estas preguntas proceder a la exploración de esas emociones y creación artística.


Otra artista; Judy Chicago conocida por sus grandes piezas de instalación de arte colaborativo sobre imágenes de nacimiento y creación, que examinan el papel de las mujeres en la historia y cultura. Feminista destacada, ha retado al concepción del género binario del arte culto versus el decorativo para exponer las diferencias socialmente construidas. Lo importante que se abra la discusión a los tabúes y prejuicios a los que han sido sometidas las mujeres y si es justo o injusto que continúen bajo la sombra de ciertas ideas que le impiden desarrollarse como seres humanos. Entre sus trabajos más recientes aborda la mortalidad humana y la extinción de las especies. Sus imágenes son una antídoto visceral para una cultura que premia la juventud y la belleza y que a menudo ignora el sufrimiento propio y de otras criaturas. No solo es la obra, si no la conexión emocional que se puede establecer en estas discusiones para extrapolar sus contenidos con la visa social del estudiantado de manera que se explore la indignación y la injusticia y qué se puede hacer al respecto.


Otro artista; Carlos Rivera, quien se destaca por obras en las que explora la violencia y el control de puntos de droga y armas. Desde pequeños estamos expuestos "inocentemente" a la violencia con pistolas de agua que "disparan" pero como es agua, todo es un juego. ¿Hacia dónde parece disparar esa pistola? ¿habrá disparado? En la realidad ¿Qué sucede si disparas una pistola contra una esquina? ¿Qué sucede cuando ya nos es un juego?


Cuando se habla de estas emociones parece haber un tabú entre los artistas contra la captura de estados como la alegría, la tentación, la gratitud, la exaltación, la traición, el perdón y el anhelo, pero no es que no se trabaje con estas emociones. Es que hay momentos en la historia en que la belleza no es lo que los salones de París exhibían en el siglo XIX y obvio, ¡¡tampoco lo que vende Disney ni el vacilón del reggateon!!


Educación emocional


Este proceso ayuda a educar emocionalmente a los estudiantes. Feldman Barrett y otros (2017) sostienen que las emociones no están integradas en la naturaleza como cosas que comparten todos los humanos. Las emociones están construidas por la cultura, el arte, la música y las relaciones con los demás. Hablando del mundo emocional interior, además de la indignación y la injusticia hay otros sentimientos que se pueden explorar. Por ejemplo, pocas veces exploramos el sentimiento de intimidad, el cual se aprende al verlo en otros. Se aprende al estudiarlo en el arte: un autorretrato de Rembrant te puede hacer experimentar intimidad, o una escena de la vida cotidiana de una mujer en su residencia de la artista Myrna Báez o la intimidad entre una madre y su hija con obras de Mary Cassatt.

(izquierda) Retrato de un Sueño. Myrna Báez (1998-1990) acrílico y óleo sobre tela.

(derecha) Desayuno en la cama. Mary Cassat (1897) óleo sobre tela


El Dr. Bruneau sostiene que las artes son un catalizador para hacer conexiones emocionales. Especialmente, porque llevan a ver a las personas y sus culturas de manera diferente a como se presentan en los medios de comunicación. De esta forma el Dr. Bruneau considera la capacidad de las artes para afectar los elementos de conflicto y de paz que existen en todas las sociedades. A través de diferentes medios las obras de arte despiertan, traen a la conciencia, la comprensión emocional de asuntos como poder, política, mercado y sociedad. Conflictos con los que vivimos a diario en sociedad. Al estudiar obras de arte desde el punto de vista emocional le estamos ampliando el repertorio de formas en que podemos sentir y comunicar nuestros sentimientos a los demás. Por su parte Feldman Barrett explica que personas con emociones altamente educadas pueden tener la capacidad de sorprenderse ante las obras sin lanzarse a juzgar de inmediato, las personas emocionalmente educadas practican la indagación (inquiry). No reaccionan con la lógica política que se aplica contra el pueblo, sino de una forma diferente, más inteligente. Y eso es importante, por que la política como la hemos aprendido ha brutalizado la vida emocional del pueblo, la ha violentado y responder con ira es la expectativa de los gobiernos, por eso lanzan la policía militarizada y así no mejora la situación. Pero cuando uno está alerta de las emociones que siente, cuando los estudiantes han practicando el estar atentos a las emociones que sienten, responder a situaciones de violencia podría ser la diferencia entre mantener el estado actual de las cosas o movernos hacia el cambio social.


Hay que buscar otras formas, siendo la educación del arte una de las formas más poderosas para lograrlo. Así que ¿quién nos enseñará a sentir?


Todos los derechos reservados.

Dra. Grisselle Soto Vélez Es Maestra de Arte en el Distrito Escolar de Columbia, Washington. Maestra del Mes (febrero 2020). Ha sido Directora y Profesora de Educación del Arte en la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico logrando la certificación de maestros del 100% de los candidatos a maestros. Es evaluadora de la Fundación Cortés y consultora educativa en Puerto Rico. Dirigió el Programa de Bellas Artes del Departamento de Educación de Puerto Rico (2001-2008) realizando una importante revisión y transformación curricular.

Graduada de la Universidad Interamericana de Puerto Rico (EDD). Universidad Nacional Autónoma de Mexico (MFA). Escuela de Artes Plásticas y Diseño (BFA)


Referencias

Bruneau, E. Neuroscience and art on the elements of conflict and peace


Chicago, Judy —The End: A Meditation on Death and Extinction, National Museum of Woman in the Arts https://nmwa.org/exhibitions/judy-chicago-the-end/

Feldman Barrett y otros (2017). How emotions are made, The Secret Life of Brain.

Soto-Vélez, G. (2019). Aprendizaje Socioemocional, Neuroeciencia y Arte. Neuroestetika.com

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